Los investigadores han descubierto un «planeta de diamantes», 55 Cancri e, uno de los cinco planetas que orbitan alrededor de la estrella 55 Cancri en la constelación de Cáncer, a 40 años luz de la Tierra. Este «Planeta Diamante» está compuesto principalmente por carbono, que adopta la forma de diamante y grafito, lo que significa que hasta un tercio del planeta podría estar compuesto enteramente por diamantes. Debido a su composición elemental, esta «supertierra», como se le llama, tiene un radio dos veces mayor y una masa ocho veces superior a la de nuestro planeta. Esta disparidad de masas puede explicarse por el hecho de que la Tierra tiene mucho menos carbono y mucho más oxígeno, en comparación.
Y aunque la idea de un planeta de diamantes suena atractiva al principio, piénsalo de nuevo. Las últimas investigaciones indican que el planeta no contiene agua, y debido a su proximidad a su estrella anfitriona -55 Cancri e orbita alrededor de su estrella en apenas 18 horas, un abrir y cerrar de ojos comparado con la órbita de 365 días de la Tierra- la superficie del planeta alcanza temperaturas abrasadoras de hasta 3.900 grados Fahrenheit. «La ciencia ficción ha soñado con planetas de diamante durante muchos años, así que es increíble que por fin tengamos pruebas de su existencia en el universo real», dijo a National Geographic el investigador principal, Nikku Madhusudhan, que realiza un trabajo postdoctoral en la Universidad de Yale.
Ahora que se ha hecho gran parte del trabajo duro, y que la investigación de Madhusudhan está lista para ser publicada en la revista Astrophysical Journal Letters, para los que quieren los detalles más minuciosos, es hora de divertirse con el concepto. Se calcula que el Planeta Diamante tiene un valor de 26,9 nonillones de dólares (26,9 más 30 ceros), lo que hace que el Planeta Diamante valga 384 cuatrillones de veces más que el PIB del planeta Tierra (70 billones de dólares), según Forbes.
Así que para aquellos que buscan el fin de la crisis económica mundial, no busquen más allá de los confines del espacio exterior, donde en una noche cristalina se puede distinguir la estrella anfitriona de 55 Cancri e. Ahora todo lo que necesitamos es una nave espacial para llegar allí. -Hal Sundt
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