MADRID, 3 (EDIZIONES)
La boca es una región del cuerpo delicada que precisa atención. Los problemas que le pueden afectar son múltiples y algunos de ellos, como los abscesos, pueden conllevar consecuencias graves.
El presidente del Collegi Oficial d’Odontlegs i Estomatlegs de Catalunya (COEC), el doctor Antoni Gómez, explica en una entrevista con Infosalus que un absceso dental es «una colección de bacterias y pus» y agrega que su origen es infeccioso.
Hay dos tipos de abscesos: los de origen dental, del nervio, y los de origen periodontal, es decir, en las encías. «A partir de aquí pueden ser más o menos graves o de más o menos tamaño», puntualiza el doctor Gómez.
Y los dos tipos hay que tratarlos. «Si no se tratan puede haber una cronificación de ese absceso», especifica el presidente del COEC. «Normalmente, la propia fisiología humana ya tiene una pequeña solución, que es hacer fístulas, el típico granito de pus que es por dónde drena el absceso», matiza el experto. Sin embargo, si la fístula se obstruye el pus se acumula y resulta un flemón.
No tratar un absceso puede tener consecuencias «graves», insiste el doctor Gómez. De hecho, hasta puede «desencadenar en la muerte», alerta el presidente del COEC. «Un absceso, en según qué zona, puede complicarse y puede provocarnos una bacteriemia, es decir, una entrada de bacterias en la sangre y causar una sepsis, una infección generalizada. Y, si no actuamos rápido, en última instancia, puede causar la muerte», detalla el experto
El origen infeccioso del absceso es el gran culpable de su potencial peligro. «Como cualquier otra infección en el resto de la anatomía humana, puede llegar a la sangre y tener complicaciones en otros órganos», especifica el experto, que menciona repercusiones «en el sistema respiratorio, a nivel pulmonar». En este contexto, el doctor Gómez recomienda a cualquier persona con un absceso que se lo revise.
«Hay que hacer la comparativa: muchas veces el paciente no es consciente de ello o no lo nota, o no lo ve… No tiene esa percepción porque está en la cavidad bucal; pero si tuviera un absceso en la rodilla, seguramente se preocuparía», lamenta el presidente del COEC, que incide en el riesgo de cronificación de la lesión.
El problema en el tratamiento de los abscesos es que su origen infeccioso obliga a tomar antibiótico y, gracias a ello, puede parecer que mejora. «Pero no se cura», hace hincapié el experto, que aconseja buscar el origen del mismo.
«El tratamiento conlleva un antibiótico, pero no curará un absceso con origen dental o periodontal», prosigue. En el caso de los abscesos con origen dental, el procedimiento a seguir es tratar el nervio y con los periodontales habría que llevar a cabo «una cirugía periodontal, levantar la encía o hacer raspados o curetajes», señala el doctor Gómez.
LA PREVENCIÓN, LA MEJOR ARMA
En este sentido, la prevención de los posibles abscesos se torna fundamental. Según el presidente del COEC, es «multifactorial». Lo primero es «tener una buena higiene personas y una higiene bucodental correcta», apunta el experto.
Después, «que también tengamos revisiones periódicas. Es decir, el dentista es el que puede ver que hay ese problema, hacer un diagnóstico», especifica, y concluye con la idea de que «hacer una visita al dentista al año es imprescindible».
Subir