Los gatitos se desarrollan rápidamente, por lo que es fácil pensar que porque comen, beben y usan la caja de arena por sí mismos, debe ser el momento de dejar el nido. Pero no es así. El destete, el proceso de transición de la leche materna a la comida para gatos, no se produce de la noche a la mañana. Es una evolución que dura de cuatro a seis semanas, ya que el gatito empieza a depender de sí mismo para su cuidado. El destete va más allá de la comida; se trata de cómo el gatito desarrolla su propia independencia. Aunque a las siete semanas de edad ya es prácticamente autosuficiente, el gatito depende de su madre para que le guíe mientras explora su mundo. Durante este tiempo, aprende a interactuar con otros gatos, con las personas y con su entorno, y si se le retira de la seguridad de su madre y de sus compañeros de camada demasiado pronto, puede convertirse en un gato asustadizo e inseguro. Esto puede traducirse en un mal comportamiento, como morder, arañar y tener malos hábitos en la caja de arena. Además, un gatito suele recibir sus primeras vacunas y refuerzos entre las 6 y las 12 semanas de edad; la lactancia periódica de su madre es útil para su sistema inmunitario durante ese tiempo.
Arquidia Mantina
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