Como las gambas tienen un alto contenido en colesterol, muchas personas tienden a evitar el consumo de este manjar marino. Las pruebas científicas no parecen justificar esto, ya que las investigaciones que estudian la ingesta de gambas no demuestran que aumente significativamente los niveles de colesterol LDL (malo), mientras que las mismas investigaciones demuestran que produce un modesto aumento de los niveles de colesterol HDL (bueno).
En un estudio clínico, los investigadores analizaron el efecto de una dieta que contenía 300 g de gambas al día frente a otra en la que los sujetos comían dos huevos grandes al día. Los resultados indicaron que la dieta de las gambas aumentó los niveles de LDL (colesterol malo) en un 7 por ciento, pero también aumentó los niveles de HDL (colesterol bueno) en un 12 por ciento. Por el contrario, la dieta del huevo aumentó los niveles de LDL en un 10 por ciento y los de HDL en un 7 por ciento. Esto demuestra que la dieta de las gambas redujo las proporciones de colesterol total respecto al HDL y de colesterol LDL respecto al HDL más que la dieta del huevo. Además, en el caso de las personas que siguieron la dieta de las gambas, los niveles de triglicéridos disminuyeron un 13 por ciento.
Las gambas, al igual que el pescado y otros mariscos, han demostrado ser muy beneficiosas para proteger contra las enfermedades del corazón, la enfermedad de Alzheimer y muchas formas de cáncer.
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