¿Cuál es la diferencia entre un expectorante y un antitusivo?

Encontrará expectorantes y supresores de la tos en muchos medicamentos para la tos de venta libre y con receta para niños mayores y adultos – pero ya no se recomiendan para niños menores de 2 años y se ha demostrado que son ineficaces en niños menores de 6 años. De hecho, la FDA advierte que estos productos pueden tener «efectos secundarios potencialmente mortales» para los niños menores de 2 años.
El propósito de un expectorante (a menudo guaifenesina, o guaicolato de glicerol) es diluir o licuar las secreciones del cuerpo, como la mucosidad, que causan la congestión. No hay estudios que demuestren ningún beneficio de estos medicamentos, pero en el pasado se combinaban en medicamentos para la tos con un descongestionante, y los padres solían pensar que los expectorantes ayudaban a sus hijos a expulsar las secreciones. (¡Sólo los hombres adultos lo hacen bien!)
El propósito de los supresores de la tos, por otro lado, es detener el reflejo o el deseo del cuerpo de toser. Los supresores se dividen en preparados no narcóticos (que se pueden comprar sin receta) y narcóticos (con receta). El dextrometorfano es el supresor no narcótico más común, y la codeína y la hidrocodona son los narcóticos más populares.
En cuanto a la eficacia, no hay datos que apoyen el uso de supresores de la tos en los niños. Además, la tos es un reflejo protector, la forma que tiene el cuerpo de eliminar las secreciones, por lo que no siempre es buena idea suprimirla. Y los remedios para el resfriado en realidad no acortan la duración de un resfriado, que está causado por un virus; simplemente intentan tratar los síntomas.
En mi consulta, siempre animamos a los padres a dejar que el resfriado de su hijo «siga su curso». El uso de un humidificador o vaporizador para aumentar los líquidos y la humedad en el ambiente funciona mejor para aflojar las secreciones. Hable con el médico de su bebé si cree que necesita ayuda para cuidarlo cuando está resfriado.
En resumen: Todos estos medicamentos tienen riesgos y pocos beneficios demostrados. Nunca deben administrarse a un bebé. Si tiene alguno de estos productos en su casa, debe deshacerse de ellos de forma segura (donde su bebé u otros niños no puedan alcanzarlos).

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