Faiz
Después de años de cuidados cariñosos en casa, Asma y Neveed llegaron a una difícil conclusión: que su hijo, Faiz, el mayor de cinco, se beneficiaría de un programa de escuela residencial. A los nueve años, Faiz no podía hablar y era propenso a autolesionarse. Pero cuando sus padres buscaron apoyo en el Centro Infantil Robert J. McMahon y en el Centro de Aprendizaje Tyree del campus el año pasado, todo empezó a cambiar.
Al llegar, recuerda la profesora Andrea Verios, «Faiz no tenía forma de comunicarse. Estaba frustrado, triste y desafiante, golpeándose la cara sin cesar». Pero en el entorno estructurado del Centro de Aprendizaje Tyree, Faiz floreció.
Andrea puso en práctica un libro con sistema de intercambio de imágenes (PECS) lleno de frases como «quiero», «veo» o «necesito», y eso abrió el mundo para Faiz. La capacidad de comunicación lo cambió todo. En el aula, Faiz gana premios por sus progresos, como pelotas o tiempo en el trampolín. Y ha desarrollado una estrecha relación con su compañero de habitación.
Faiz también está adquiriendo una verdadera independencia, desde ponerse los zapatos hasta poner la mesa para el almuerzo, pasando por coger con orgullo la mochila y la bolsa médica para las excursiones semanales al parque o a la biblioteca. «Estamos trabajando los conceptos financieros», explica Andrea, «y él maneja el dinero de las excursiones, sintiéndose realmente orgulloso de hacer las compras para el grupo».
Faiz va a casa los fines de semana, donde utiliza el PECS para hacer lo que había sido imposible durante los primeros nueve años de su vida: comunicarse con su propia familia. Mientras está en casa, disfruta jugando con sus hermanos y hermanas, y le encanta salir a la comunidad, algo que antes le costaba hacer.
«Su progreso ha sido exponencial», dice Andrea. «En apenas un año, ha superado las expectativas de todos. Ha sido transformador.»
«Fue una decisión muy dura que viviera fuera de casa», dice Asma. «Pero por ahora, es el lugar adecuado para él».