La rodilla es una articulación en la que se unen tres huesos principales: el fémur, o hueso del muslo; la tibia, o hueso de la espinilla; y la rótula, o tapa de la rodilla. Varios ligamentos se unen al fémur y a la tibia y dan fuerza y estabilidad a la articulación. Uno de ellos, el ligamento cruzado anterior (LCA), está en el centro de la rodilla y limita la rotación y el movimiento hacia delante de la tibia. Estudios recientes estiman que cada año se producen cerca de 250.000 lesiones del LCA en los Estados Unidos.
El LCA se estira o se rompe con más frecuencia por un movimiento de giro repentino -cuando, por ejemplo, se plantan los pies en una dirección y se giran las rodillas en otra. También puede lesionarse el LCA al cambiar rápidamente la dirección en la que se está moviendo, al frenar demasiado rápido al correr o al aterrizar tras un salto. La estructura corporal y las hormonas de la mujer hacen que se ejerza más fuerza sobre los ligamentos, lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan lesiones durante la práctica de deportes y actividades atléticas.
Reconocimiento de una lesión del LCA
Las personas que juegan al baloncesto, al voleibol, al fútbol o a la pelota, o que esquían, tienen más probabilidades de lesionarse el LCA cuando frenan, pivotan o aterrizan después de un salto.
Si se lesiona el suyo, es posible que no sienta ningún dolor inmediatamente. Es posible que oiga un ruido de chasquido y sienta que la rodilla cede por debajo de usted.
Dentro de unas horas, notará una hinchazón en la rodilla. La rodilla suele doler cuando intentas ponerte de pie. Es importante mantener el peso alejado de la rodilla hasta que pueda ver a su proveedor de atención médica, o puede lesionar el cartílago de la rodilla. Debes utilizar una bolsa de hielo para reducir la hinchazón y mantener la pierna elevada. Si es necesario, utilice un analgésico. Si debe caminar, utilice muletas y asegúrese de acudir a un médico de inmediato para que le evalúe la rodilla.
Diagnóstico
El médico puede realizar pruebas físicas y tomar radiografías y obtener una resonancia magnética para determinar el alcance del daño del LCA. Si el LCA sólo se ha roto parcialmente, el médico puede prescribir un programa de ejercicios para fortalecer los músculos circundantes y una férula para proteger la rodilla durante la actividad. Es posible que necesite o no una intervención quirúrgica. La cirugía puede realizarse para reconstruir el ligamento roto a partir de un trozo (injerto) de tejido fuerte y sano tomado de otra zona cercana a la rodilla (autoinjerto) o de un cadáver (aloinjerto). Si el LCA está completamente desgarrado, puede ser necesario sustituirlo quirúrgicamente.
Una cirugía exitosa tensa la rodilla y restablece su estabilidad, lo que le ayuda a evitar nuevas lesiones.
Después de la reconstrucción del LCA, tendrá que hacer ejercicios de rehabilitación para devolver gradualmente a la rodilla su flexibilidad y estabilidad plenas.
También es posible que necesite una rodillera temporalmente y es probable que tenga que dejar de hacer deporte entre seis meses y un año después de la operación.
Prevención
Muchas lesiones del LCA pueden prevenirse si los músculos que rodean las rodillas son fuertes y flexibles.
La prevención se centra en el control adecuado de los nervios y los músculos de la rodilla. Los ejercicios tienen como objetivo aumentar la potencia muscular, el equilibrio y mejorar la fuerza y la estabilidad del núcleo.
Los siguientes consejos de entrenamiento pueden reducir el riesgo de una lesión del LCA:
-
Entrena y acondiciona todo el año.
-
Practica la técnica de aterrizaje adecuada después de los saltos.
-
Cuando pivotes, agáchate y flexiona las rodillas y las caderas. Esto reduce la tensión en el LCA.
-
Fortalece tus músculos isquiotibiales y cuádriceps. El músculo isquiotibial está en la parte posterior del muslo; el músculo cuádriceps está en la parte delantera. Los músculos trabajan juntos para doblar o enderezar la pierna. Fortalecer ambos músculos puede proteger mejor la pierna contra las lesiones de rodilla.