Consecuencias psicológicas de la deficiencia de vitamina D

Es probable que no esté recibiendo suficiente vitamina D.

Se estima que mil millones de personas en todo el mundo tienen deficiencia o insuficiencia de vitamina D. Entre los individuos con alto riesgo de deficiencia de vitamina D se encuentran los que viven lejos del ecuador, los que padecen afecciones como obesidad, enfermedades hepáticas, celíacas y renales, los ancianos y los que tienen la piel más oscura.

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Los resultados de la Encuesta Nacional de Examen de la Salud y la Nutrición, que incluyó a más de 15.000 adultos, indicaron que los individuos con piel más oscura tienen niveles más bajos de vitamina D. El alto nivel de melanina de las personas de piel oscura dificulta la absorción de la vitamina D, que se produce cuando la piel se expone a la radiación ultravioleta de la luz solar natural.

Independientemente de la causa, la deficiencia de vitamina D tiene importantes consecuencias médicas y psicológicas. Todos los tejidos del cuerpo tienen receptores de vitamina D, incluidos el cerebro, el corazón, los músculos y el sistema inmunitario, lo que significa que la vitamina D es necesaria a todos los niveles para que el cuerpo funcione.

La vitamina D es también la única vitamina que es una hormona. Después de ser consumida en la dieta o absorbida (sintetizada) en la piel, la vitamina D es transportada al hígado y a los riñones donde se convierte en su forma hormonal activa. La vitamina D como hormona ayuda a la absorción del calcio, contribuyendo a la formación de huesos, dientes y músculos fuertes.

Además de su conocido papel en la absorción del calcio, la vitamina D activa genes que regulan el sistema inmunitario y liberan neurotransmisores (por ejemplo, dopamina, serotonina) que afectan a la función y el desarrollo del cerebro. Los investigadores han encontrado receptores de vitamina D en un puñado de células situadas en regiones del cerebro, las mismas que están relacionadas con la depresión.

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El Trastorno Afectivo Estacional (TAE), un trastorno del estado de ánimo que presenta síntomas depresivos, se produce durante las épocas oscuras del año en las que hay relativamente poco sol, coincidiendo con el descenso repentino de los niveles de vitamina D en el organismo. Varios estudios han sugerido que los síntomas del TAE pueden deberse a los cambios en los niveles de vitamina D3, que pueden afectar a los niveles de serotonina en el cerebro.

Debido a la conexión de la vitamina D con la depresión y el estado de ánimo, compruebo los niveles de vitamina D, concretamente la 25-hidroxivitamina D, de cada nuevo paciente. Durante años, los niveles de vitamina D en sangre de 20 ng/mL se aceptaban como normales. Muchos investigadores y médicos consideran ahora que es demasiado bajo. Más recientemente, el nuevo nivel normal es cualquier cosa superior a 30 ng/mL. Sin embargo, yo prefiero ver niveles de 25-hidroxivitamina D entre 50 y 75 ng/mL. Para los que están bajos, recomiendo un suplemento que puede oscilar entre 2.000 UI y 10.000 UI. Es importante tener en cuenta que la administración de suplementos de vitamina D debe controlarse mediante análisis de sangre cada pocos meses.

Los fundamentos

  • ¿Qué es la depresión?
  • Buscar un terapeuta para superar la depresión

Aunque la administración de suplementos de vitamina D puede mejorar el estado de ánimo, la vitamina D es sólo una parte pequeña, pero fundamental, del tratamiento; la depresión tiene innumerables causas. Sin embargo, según mi experiencia, la deficiencia de vitamina D deteriora y prolonga la recuperación de la depresión.

Varios estudios confirman la relación entre el bajo nivel de vitamina D y la enfermedad mental. Estos estudios proporcionan pruebas de que optimizar los niveles de vitamina D puede mejorar el bienestar psicológico positivo:

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  1. Un estudio realizado en los Países Bajos descubrió que los niveles bajos de vitamina D se correlacionaban con los síntomas de depresión mayor y menor en 169 individuos de 65 años o más.
  2. Un estudio inglés que incluyó a 2.070 personas de 65 años o más concluyó que la deficiencia de vitamina D está asociada con la depresión en los países del norte, aunque la depresión mayor sólo se observó en los individuos con las deficiencias más graves.
  3. En un estudio, los adultos con deficiencia de vitamina D que recibieron dosis elevadas de esta vitamina observaron una mejora de sus síntomas depresivos al cabo de dos meses.
  4. Un pequeño estudio con nueve mujeres, todas ellas con deficiencia o insuficiencia de vitamina D, descubrió que una dosis diaria de 5.000 UI de vitamina D mejoraba significativamente sus síntomas de depresión.

Aunque los investigadores todavía no están seguros de cómo se relaciona la vitamina D con la depresión, estos hallazgos y muchos otros apoyan el papel de la vitamina D en la fisiopatología de la depresión y como un tratamiento potencial para la depresión.

Los grupos con mayor riesgo de deficiencia de vitamina D -los ancianos, los adolescentes, los individuos obesos y los que padecen enfermedades crónicas (por ejemplo, diabetes)- son los mismos grupos que, según los informes, tienen un mayor riesgo de sufrir depresión.

Depresión Lecturas Esenciales

El efecto de la vitamina D sobre la salud mental va más allá de la depresión: La esquizofrenia también se ha relacionado con niveles anormales de vitamina D. John McGrath, de la Universidad de Queensland (Australia), estudió a 424 recién nacidos daneses que desarrollaron esquizofrenia. Llegó a la conclusión de que los bebés nacidos en las estaciones de invierno o primavera, cuando las madres biológicas tienen niveles reducidos de vitamina D, tienen un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia.

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La salud mental es uno de los muchos tipos de dolencias relacionadas con la deficiencia de vitamina D. Para obtener más información sobre la vitamina D y sus vínculos con la salud mental y física, visite el Consejo de la Vitamina D El psiquiatra John Cannell, fundó el consejo en 2003 con un gran interés en la nutrición clínica y una fuerte convicción de que la deficiencia de vitamina D, una condición altamente prevenible pero prevalente, contribuye a muchas condiciones físicas y psicológicas que afectan a decenas de personas.

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