Para muchos estadounidenses que envejecen, la amenaza de las cataratas es otro problema de salud que hay que tener en cuenta. Las cataratas afectan a casi 22 millones de estadounidenses de 40 años o más. A los 80 años, más de la mitad de los estadounidenses tienen cataratas en uno o ambos ojos (Fuente: Academia Americana de Oftalmología).
La catarata se define como una opacidad del cristalino del ojo y puede desarrollarse en uno o ambos ojos. Un cristalino normalmente claro permite que la luz pase a través de la parte posterior del ojo para que el paciente pueda ver imágenes bien definidas. Si una parte del cristalino se vuelve opaca, la luz no pasa fácilmente y la visión del paciente se vuelve borrosa, como si mirara a través de una ventana empañada. Cuanto más «nublado» esté el cristalino, peor será la visión de la persona.
Todos corremos el riesgo de desarrollar cataratas debido al envejecimiento, pero un factor de riesgo importante al que hay que prestar atención son los antecedentes familiares. Si tiene parientes cercanos que han tenido cataratas, sus posibilidades de desarrollarlas son mayores que las de quienes no tienen antecedentes familiares. También tiene un mayor riesgo de padecer cataratas si tiene diabetes o fuma. Otros factores de riesgo son: la exposición a la luz solar, una lesión o inflamación ocular grave o el uso prolongado de esteroides.
Los síntomas comunes de una catarata son:
- Visión borrosa a distancia o al leer
- Visión reducida por la noche
- Resplandor o halos
- Visión doble
- Pérdida de la percepción de la profundidad
Si tiene alguno de los síntomas mencionados, antecedentes familiares de cataratas o si tiene 55 años o más, póngase en contacto con su oftalmólogo para concertar una cita.