El objetivo de este trabajo es presentar el diagnóstico roentgenológico de esta afección relativamente rara y discutir los puntos más destacados de la etiología y la sintomatología, con un esbozo del tratamiento quirúrgico basado en una revisión de los diferentes métodos descritos en la literatura. La literatura revisada de los últimos veinte años incluye estadísticas relativas al carcinoma de la flexura esplénica entre otras afecciones carcinomatosas del intestino grueso, pero muy pocos artículos tratan del carcinoma de esta localidad en particular per se. Hartwell presenta un estudio exhaustivo de este tema, basado en seis casos. Los cirujanos franceses, tan expertos en colectomías, naturalmente han aportado mucho a la técnica quirúrgica. La literatura americana, en su mayor parte, sólo se ocupa de las estadísticas sobre este tema.
La etiología se considera generalmente como traumática. El carcinoma del ángulo esplénico es uno de los más raros de los carcinomas de colon, siendo más raro el del colon descendente. Por regla general, es de tipo escirro, adenocarcinomatoso, de crecimiento lento, de metástasis lenta y de restricción anular. Sin embargo, se ha descrito como de tipo fúngico rápido, a raíz de úlceras de colitis mucosa. Más raramente, el carcinoma en el ángulo esplénico se produce como una degeneración maligna de pólipos en esta zona.
Debido a la naturaleza del drenaje linfático en esta localidad hacia los ganglios linfáticos mesentéricos que se encuentran tan cerca de la flexura y a través del ligamento suspensorio del ángulo esplénico, el proceso, a menos que sea rápidamente maligno, puede controlarse de forma temprana y es relativamente susceptible de procedimientos quirúrgicos.
Sin complicaciones, los síntomas son los de un estreñimiento que aumenta gradualmente, diarrea rara, casi nunca heces con sangre, y a menudo sin pérdida de peso. El estreñimiento, con dolor sobre el ciego debido a la distensión, y los síntomas referidos sólo al estreñimiento son la regla hasta que el caso progresa a la subobstrucción que requiere la atención de un médico. La complicación más peligrosa y común es la perforación con formación de abscesos en la zona carcinomatosa, como se muestra en varios casos de la serie de Hartwell.
El pronóstico es bueno en los casos no complicados siempre que el paciente resista la operación. Con la mejora de la técnica, la mortalidad ha descendido en los últimos diez años del 60 al 16%.
Al considerar la técnica operatoria, se destacan ciertos puntos. Siempre debe realizarse una cecostomía preliminar para restablecer el tono muscular del intestino grueso proximal al carcinoma y para aliviar la distensión postoperatoria que a menudo acompaña a la cirugía del intestino grueso.
La incisión quirúrgica debe permitir una amplia exposición. En todos los casos, excepto en los de personas muy delgadas, es mejor una incisión oblicua subcostal o una incisión transversal, como recomienda Desmarest. Varios puntos de la técnica, si se siguen, hacen que esta operación sea casi incruenta.
Lardennois describe un método muy fácil de movilización de esta porción del colon.