Los movimientos celulares que implican cambios de forma provocados por el flujo citoplasmático suelen designarse como movimiento ameboide. El patrón de flujo citoplasmático de una célula ameboide consiste en un flujo axial continuamente desplazado a través de un cuerpo tubular. Mientras que algunas amebas son predominantemente monopodiales, otras envían muchos pseudópodos y son temporal o permanentemente polipodiales. Las formas de los pseudópodos varían en los extremos, desde los lobópodos robustos y casi cilíndricos de las especies más grandes hasta los filópodos finos, rectos y filamentosos, pasando por los reticulópodos ramificados y anastomosados de los foraminíferos. El movimiento ameboide se produce de alguna forma en toda la clase sarcodina en los órdenes foraminíferos y rizomastigina. El movimiento ameboide es un proceso de primera importancia en el desarrollo de quizás todos los organismos multicelulares. El citoplasma de las amebas contiene una serie de vacuolas. Las vacuolas claras se observan con mayor frecuencia en las células comprimidas, centrifugadas, hambrientas, lesionadas, teñidas vitalmente o fijadas. Los núcleos de las amebas uninucleadas más grandes poseen membranas nucleares birrefringentes.
Arquidia Mantina
Artigos
Arquidia Mantina
Artigos