Una infección renal suele producirse cuando una infección del tracto urinario (ITU) se extiende desde la vejiga hasta los conductos que conectan la vejiga con los riñones. Con menor frecuencia, puede ocurrir cuando una infección de la sangre se extiende a los riñones. (1)
Es importante que acuda a un profesional sanitario de inmediato si experimenta síntomas de una infección renal, entre los que se incluyen dolor o frecuencia al orinar, orina turbia o maloliente, fiebre y escalofríos, dolor en la parte baja de la espalda o el costado, y náuseas y vómitos. Si no se diagnostica y trata con prontitud, una infección renal puede causar complicaciones graves tanto inmediatas como a largo plazo.
Para diagnosticar una posible infección renal, su médico le preguntará sobre sus síntomas. También es muy probable que le pregunte sobre su historial de condiciones de salud, para determinar si tiene un mayor riesgo de sufrir una infección renal.
Su médico también le realizará un examen físico para ver si tiene algún enrojecimiento o sensibilidad en el torso que sea consistente con una infección renal.
Si su médico sospecha de una infección renal en este momento, le pedirá que dé una muestra de orina para realizar pruebas de laboratorio en busca de una infección bacteriana.
También puede someterse a pruebas de imagen, que pueden buscar un agrandamiento u otras anomalías en los riñones que indiquen una infección. (1,2)
Historia médica y examen físico
En la cita con el médico, se le preguntará sobre los síntomas que ha experimentado recientemente: cuáles son, cómo han cambiado y desde cuándo los ha notado.
También le preguntarán sobre su historial de condiciones de salud, tales como:
- Una infección urinaria en el último año
- Embarazo (actual o reciente)
- Cualquier problema conocido en su tracto urinario
- Cálculos renales
- Agrandamiento de la próstata
- Reflujo vesicoureteral (RVU), en el que la orina fluye hacia atrás en sus riñones
- Diabetes
- Cualquier condición que pueda comprometer su sistema inmunológico, como el VIH o la toma de medicamentos para un trasplante de órganos o una enfermedad autoinmune
- Lesión de la médula espinal
- Daño nervioso en el abdomen
- Retención urinaria, o problemas para vaciar la vejiga
- Uso de una sonda para ayudar a vaciar la vejiga (2,3)
Durante el examen físico, se le tomará la temperatura, la presión arterial y la frecuencia cardíaca. La fiebre, la frecuencia cardíaca elevada y la presión arterial baja pueden ser signos de una infección. (4)
Su médico le examinará el abdomen y la espalda en busca de signos de enrojecimiento, hinchazón o sensibilidad.
Su médico también le realizará una maniobra denominada percusión angular, que consiste en golpear suavemente la zona de la espalda donde se encuentran los riñones por debajo.
Esta maniobra perturba cualquier tejido inflamado alrededor de los riñones, provocando dolor si tiene una infección renal.
Si es usted mujer, su médico puede realizar un examen pélvico para buscar signos de inflamación o sensibilidad asociados a una ITU. (5)
Si es usted hombre, su médico puede realizarle un tacto rectal. En este procedimiento, se le pedirá que exponga las nalgas y se incline sobre una mesa, o que se acueste de lado mientras mantiene las rodillas cerca del pecho.
Su médico le introducirá un dedo enguantado y lubricado en el ano para palpar una próstata hinchada o agrandada. (1)
Pruebas de laboratorio para la infección renal
Las pruebas de laboratorio más comunes para ayudar a diagnosticar una infección renal son dos tipos de análisis de orina:
Pruebas de orina Para esta prueba, orinará en un recipiente en la consulta de su médico o en el laboratorio. Una muestra de su orina se observará bajo un microscopio, para buscar bacterias o glóbulos blancos, que pueden indicar una infección.
Es posible que las personas sanas tengan bacterias en su orina, por lo que es importante que los resultados del análisis de orina se consideren en el contexto de sus síntomas, y no como una prueba definitiva de una infección.
Cultivo de orina Para ayudar a determinar qué tipo de bacterias están causando su infección y guiar su tratamiento, se puede colocar una muestra de su orina en un recipiente donde las bacterias pueden crecer durante uno a tres días. (1,2)
En algunos casos, su médico puede solicitar un análisis de sangre para buscar signos de una infección. Esto puede implicar dos pruebas diferentes:
Plantilla de sangre periférica Para esta prueba, se observa una capa fina de su sangre bajo un microscopio para buscar un recuento elevado de glóbulos blancos y neutrófilos, el tipo de glóbulos blancos que combaten las infecciones.
Cultivo de sangre Se coloca una muestra de su sangre en un recipiente para fomentar el crecimiento bacteriano, y luego se examina durante uno a tres días en busca de bacterias que podrían indicar una infección. (4)
Aunque entre el 20 y el 30 por ciento de las infecciones renales arrojan resultados positivos en los hemocultivos, hay pocas pruebas de que estas pruebas ayuden a guiar el tratamiento o a mejorar los resultados, según Johns Hopkins Medicine. (5)
Pruebas de imagen para la infección renal
Suele ser innecesario solicitar pruebas de imagen para diagnosticar una infección renal, según la Academia Americana de Médicos de Familia. (4) Los casos en los que una prueba de imagen puede ser útil incluyen:
- Sus síntomas no mejoran con el tratamiento
- Su infección se repite
- Su médico sospecha que existe una anomalía estructural en el tracto urinario (4)
Si su médico cree que son necesarias las pruebas de imagen, existen las siguientes opciones:
Tomografía computarizada (TC) Esta prueba toma una serie de imágenes de rayos X desde diferentes ángulos, que un ordenador combina para crear imágenes detalladas de los tejidos de su cuerpo. (1,6)
Resonancia magnética (RM) Esta prueba utiliza un campo magnético y ondas de radio para crear imágenes de órganos y tejidos. (1,7)
Ultrasonido Esta prueba utiliza ondas sonoras para crear imágenes de los tejidos. Pero como el sonido no viaja bien a través de ciertos tejidos, como el hueso, el ultrasonido tiene limitaciones. (1,8)
Pielograma intravenoso Esta prueba consiste en inyectar un tinte en el brazo y luego tomar imágenes de rayos X del tracto urinario para buscar signos de inflamación u otras anomalías en los riñones y la vejiga. (1,9)
Cistouretrograma de deslizamiento Esta prueba es similar a un pielograma intravenoso y consiste en tomar imágenes de rayos X de la vejiga cuando está llena y mientras se orina. (10)