Cómo obtuvieron los neandertales sus cerebros inusualmente grandes

Los neandertales tenían cerebros más grandes que los humanos modernos, y un nuevo estudio del esqueleto de un niño neandertal sugiere ahora que esto se debe a que sus cerebros pasaron más tiempo creciendo.

Los humanos modernos son conocidos por tener cerebros inusualmente grandes para su tamaño. Se necesita mucha energía para desarrollar cerebros tan grandes, e investigaciones anteriores sugerían que el alto coste del desarrollo del cerebro de los humanos modernos era una razón clave por la que el crecimiento humano en general es lento en comparación con el de otros primates.

«Si nos fijamos en primates anteriores, tienen un desarrollo mucho más rápido», dijo el coautor del estudio Antonio Rosas, presidente del grupo de paleoantropología del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España, en Madrid.

Los investigadores sabían que los neandertales tenían cerebros aún más grandes que los de los humanos modernos, pero no estaba claro si el patrón de crecimiento neandertal era tan lento como el de los humanos modernos o si era más rápido, como en otros primates.

Para saber más sobre el desarrollo neandertal, los científicos investigaron un esqueleto excepcionalmente bien conservado y casi completo de un joven neandertal desenterrado en el yacimiento de El Sidrón, en España, de 49.000 años de antigüedad. Un estudio realizado en marzo descubrió que los neandertales de El Sidrón se alimentaban de rinocerontes lanudos y ovejas salvajes, e incluso se automedicaban con analgésicos y antibióticos.

Investigadores trabajando en el interior de la cueva de El Sidrón, en España, donde se encontró el esqueleto de un niño neandertal. (Crédito de la imagen: Grupo de Paleoantropología MNCN-CSIC)

Para averiguar la edad que tenía el neandertal cuando murió, los científicos cortaron los dientes del esqueleto y contaron el número de capas de crecimiento, del mismo modo que se puede estimar la edad de un árbol contando el número de anillos de su tronco. Calcularon que el niño tenía unos 7,7 años cuando murió. La causa de su muerte no estaba clara, pero no parecía ser una enfermedad o un traumatismo.

El cráneo del neandertal todavía estaba madurando en el momento de su muerte, y su cerebro sólo tenía el 87,5 por ciento del tamaño del cerebro medio de un neandertal adulto. «Creemos que el cerebro de este niño neandertal todavía estaba creciendo en volumen», dijo Rosas a Live Science. En cambio, «más o menos a la misma edad, el cerebro humano moderno habría alcanzado casi el 95 por ciento de su volumen», añadió.

Estos hallazgos sugieren que «el cerebro tardó un poco más en crecer en los neandertales que en los humanos modernos», dijo Rosas. Asimismo, varias de las vértebras del neandertal aún no se habían fusionado, aunque esas mismas vértebras tienden a fusionarse en los humanos modernos alrededor de los 4 a 6 años.

El esqueleto de un niño neandertal recuperado en la cueva de El Sidrón, en España, ha revelado que los cerebros neandertales tardaron mucho en crecer. (Crédito de la imagen: Grupo de Paleoantropología MNCN-CSIC)

Aún así, los investigadores observaron que la maduración de la mayoría de los demás rasgos de la anatomía del niño neandertal coincidía con la maduración de los de un humano moderno de la misma edad. «Nuestra principal conclusión es que los neandertales compartían un patrón común de crecimiento con los humanos modernos, y este patrón común fue posiblemente heredado de un ancestro común», dijo Rosas.

«Pensábamos que nuestra forma lenta de crecer era muy específica, muy particular, muy única para nuestra especie», dijo Rosas. «Lo que ahora nos damos cuenta es que este patrón de crecimiento lento que nos permite tener este gran cerebro y madurar lentamente, con todas las ventajas que ello conlleva, también era compartido por diferentes especies humanas».

Sigue siendo incierto qué consecuencias, si es que hay alguna, podría haber tenido este diferente ritmo de desarrollo cerebral en la forma de pensar o comportarse de los neandertales, añadieron los investigadores.

Los científicos detallaron sus hallazgos en el número del 22 de septiembre de la revista Science.

Artículo original en Live Science.

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