La articulación del hombro tiene el mayor rango de movimiento de cualquier articulación del cuerpo humano, lo que la convierte también en una de las más susceptibles de sufrir daños. Si se estira demasiado en una dirección, los ligamentos se lesionan, causando inestabilidad en el hombro.
El hombro es una articulación de tipo rótula, situada en la unión de la parte superior del brazo con el tronco del cuerpo. Un hombro con problemas crónicos de inestabilidad (o una sensación de «soltura») puede provocar dolor, entumecimiento u hormigueo en el brazo.
Otro síntoma de inestabilidad crónica es la sensación de que el hombro está a punto de dislocarse. También puede sentirse como si acabara de volver a su sitio. Todo esto puede provocar dolor.
Causas de la inestabilidad del hombro
La condición de inestabilidad del hombro es la incapacidad persistente de los tejidos de soporte situados alrededor del hombro para mantener el brazo centrado en la articulación, por lo que la sensación resultante es de soltura en la articulación. Hay varias circunstancias que pueden contribuir a la inestabilidad de la articulación del hombro, como una dislocación o una lesión por sobreuso.
La lesión por sobreuso se produce debido al movimiento repetitivo. Cuando los tejidos conectivos se lesionan debido al uso excesivo, el hombro se vuelve menos estable.
La dislocación de la articulación del hombro se produce en respuesta a un traumatismo. Cuando la bola del extremo superior del húmero (el hueso de la parte superior del brazo) se sale de su cavidad, provoca una lesión en los ligamentos de la parte delantera de la articulación del hombro.
Además de ser extremadamente doloroso, un hombro dislocado tiene una alta probabilidad de volver a ocurrir después de corregir el problema.
Diagnóstico y tratamiento del hombro inestable
Un cirujano ortopédico llevará a cabo un examen físico para comprobar si hay soltura en los ligamentos de la articulación del hombro. El médico también puede solicitar exploraciones de diagnóstico por imagen como radiografías o una resonancia magnética para ver las estructuras del interior de la articulación y confirmar o disipar las consideraciones iniciales.
Una simple modificación de la actividad puede ser suficiente para mejorar el hombro. Los medicamentos de venta libre, como los AINE (antiinflamatorios no esteroideos), como la aspirina o el ibuprofeno, pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
También se puede prescribir fisioterapia. La fisioterapia puede fortalecer los músculos circundantes, facilitando que mantengan el hombro estable. Pero una vez que los tejidos estirados comienzan a deshilacharse o desgarrarse, la cirugía es probablemente la mejor manera de repararlo y volver a su estilo de vida actual.
Intervención quirúrgica para el dolor de hombro
Si ninguno de los tratamientos no quirúrgicos mencionados anteriormente aporta alivio, su médico ortopédico puede recomendar la cirugía para reparar el daño del tejido conectivo.
Esta cirugía se realiza ahora a menudo utilizando la cirugía artroscópica mínimamente invasiva: El cirujano utilizará un artroscopio para identificar y reparar las áreas de tejido desgarrado.
Cirujano ortopédico en Cleveland
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