La satisfacción de hacer abdominales tiene un límite. Con el tiempo, incluso los más entusiastas de los abdominales desearán algo nuevo, algo un poco más desafiante, para asegurarse de que su núcleo se pone a prueba adecuadamente con cada entrenamiento. Para esas personas, quizá el mejor lugar al que acudir es la navaja, la maniobra de todo el cuerpo que seguramente dejará tus abdominales en un mundo de dolor.
Los beneficios
Como sin duda atestiguará tu dolorido vientre, la navaja es una verdadera prueba para los abdominales. La parte inferior de la espalda también se beneficia de la maniobra, y deberías notar que te vuelves más flexible con el paso de las semanas. Y un día puede que incluso seas capaz de mantener las piernas rectas durante todo el ejercicio, la posición óptima.
Cómo hacerlo
Comienza tu jackknife tumbado en el suelo, con los brazos extendidos detrás de la cabeza. Mantenga los brazos y las piernas levantados un poco del suelo durante todo el movimiento. Este movimiento es sencillo de entender, aunque no de realizar. Contrae los abdominales y dóblalos en dos, juntando los brazos y las piernas para que se junten por encima de la cintura, antes de volver a la posición inicial.
El objetivo es mantener las extremidades lo más rectas posible durante todo el movimiento, pero sólo los más flexibles podrán mantener las piernas rectas, así que no te preocupes demasiado si se doblan un poco al subir. Intenta incluir la navaja en una sesión de circuitos para asegurarte de que tu núcleo no se queda atrás.
La navaja es un ejercicio difícil, así que no te desesperes si al principio te resulta demasiado difícil hacer más de un par de repeticiones. Una variante más fácil que trabaja los mismos músculos con menos tensión en la parte baja de la espalda es la sentada en V modificada.
De nuevo, empiece tumbándose boca arriba con los pies levantados, pero esta vez mantenga los brazos a los lados. A continuación, doble las rodillas y llévelas hacia el pecho, sentándose al mismo tiempo, manteniendo los brazos rectos de manera que las manos terminen junto a los pies. A continuación, despliegue lentamente y vuelva al suelo.