Cómo crear una visión para tu vida

Solía pensar que era una tonta pérdida de tiempo pensar en una visión para mi vida. ¿Quién lo hace? Parece demasiado sensiblero, demasiado al estilo de Tony Robbins.

Pero entonces, cuando empecé a aprender a cambiar mi vida y mis hábitos, me di cuenta de algo: la gente evita crear una visión para su vida porque cree que el ejercicio es inútil. ¿Por qué hacer una visión cuando es imposible lograr esas cosas de todos modos?

También he notado algo en los últimos años: las personas más interesantes y realizadas que conozco tienen una visión para sus vidas. Parecen saber lo que viene después, como si hubieran visto el futuro.

Por otro lado, las personas que conozco o que están atascadas y tienen esa mirada desesperada en sus ojos, como si estuvieran pasando el tiempo en la vida sin alegría o aspiración, esas personas no tienen una visión. De hecho, muchas de ellas ni siquiera tienen objetivos a largo plazo. Esto fue dolorosamente claro en mi reciente reunión de la escuela secundaria.

¿Tener una visión te hace más capaz de cambiar tu vida, o ser capaz de cambiar tu vida hace que tener una visión sea posible?

Ser capaz de cambiar tu vida y tener una visión para ella son el yin y el yang de vivir una gran vida. Son interdependientes y se complementan entre sí. Uno de ellos pondrá en marcha el otro. Encuentra la motivación para cambiar tu vida y podrás crear una visión para ella. O bien, crea una visión para tu vida y luego aprende a cambiarla.

¿Cuál es la diferencia entre una visión de vida y los objetivos a largo plazo?

Los objetivos son experiencias y logros individuales por los que te esfuerzas. Una visión es el panorama general. La visión de tu vida define quién quieres ser, por qué quieres ser conocido y el conjunto de experiencias y logros a los que aspiras. Tu visión ayuda a definir los objetivos dándote un marco para evaluar esas metas.

Tu visión se convierte en tu porqué.

Tu visión debe tratar de responder a preguntas como:

  • ¿Qué vida quieres haber vivido a los 20, 30, 40, 50, 60, 70 y 80 años?
  • ¿De qué tipo de personas quieres estar rodeado?
  • ¿De qué crees que eres capaz en la vida? ¿Cuáles son las cosas más grandes que podrías lograr, dadas las circunstancias, los recursos y la motivación adecuados?
  • ¿Qué te gustaría cambiar del mundo? ¿Qué podrías aportar al mundo que te hiciera sentir orgulloso y satisfecho?
  • Cuando mueras, ¿qué querrías que la gente dijera y recordara de ti?

De hecho, empieza por responder a esas preguntas y tu visión debería ser fácil de crear.

Cómo crear la visión de tu vida

Primero, necesitas identificar lo que importa en la vida. Aquí es donde la clase de filosofía de la universidad debería ser útil. Tienes que ir a lo profundo y existencial aquí. ¿Cuál es el verdadero sentido de la vida? ¿Cómo deberías vivir tu vida?

Tu respuesta a «lo que importa en la vida» no será perfecta, y eso está bien. La cuestión es poner una estaca en el suelo hacia la que trabajar, y puedes cambiar tu respuesta siempre que revises la visión de tu vida.

Independientemente de tu respuesta, habrá cosas que quieras hacer o ser, y hay recursos necesarios para apoyar esas experiencias y logros.

A continuación, haz una lista de las categorías de cosas que te importan.

Aquí están las categorías que actualmente están en mi lista:

  • Salud – ejercicio, dieta, atención plena, perspectiva
  • Capacidad – habilidades, conocimientos, carácter
  • Relaciones – conservarlas y cultivarlas
  • Tiempo – utilizar el tiempo que tienes sabiamente
  • Riqueza – crear el valor necesario para apoyar los objetivos
  • Experiencias
  • Los logros
  • Contento – ser feliz con lo que eres, quizás el objetivo final

Tu lista puede y debe ser diferente. Se trata de lo que te importa, y de lo que quieres de tu breve tiempo en este planeta.

Ahora, para cada una de tus categorías, escribe lo que quieres o necesitas de cada una. Piensa en las cosas que quieres lograr o experimentar, y trabaja hacia atrás para entender cómo las otras categorías deberían apoyar la visión de tu vida.

Por último, elabora una declaración que describa cómo es tu vida ideal. Lo sé, puede parecer cursi, pero todo este ejercicio puede ser increíblemente divertido y gratificante. Acabo de refrescar la visión de mi vida mientras estaba de vacaciones en Hawai durante 10 días. Fue el escenario perfecto para ponerme introspectivo.

Tu declaración de visión consistirá en una descripción general de tu vida ideal, combinada con una lista de las áreas que más importan, y objetivos de alto nivel para cada área.

¿Qué es lo siguiente?

Si todo lo que haces es este ejercicio, es probable que veas algunos beneficios, ya que tu visión se pegará en el fondo de tu mente y trabajarás inconscientemente hacia ella.

Sin embargo, si quieres tener la mejor oportunidad de hacer realidad tu visión, tendrás que ir más allá.

Tienes que construir un sistema para ti mismo, en el que revises tu visión y tus objetivos con regularidad, y actualices tu plan de acción para lograr esos objetivos.

Tu principal prioridad debe ser hacer de tu sistema un hábito, algo que hagas pase lo que pase, en lo que no tengas que pensar o recordarte. Comience con recordatorios en el calendario y elementos de la lista de tareas y añada tiempo de planificación de la vida a sus rutinas diarias y semanales hasta que se convierta en un hábito.

Más lecturas

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  • ¿Puerta 1 o puerta 2? La decisión que podría perseguirte para siempre…
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Cuando te levantes por la mañana, piensa en el precioso privilegio que supone estar vivo: respirar, pensar, disfrutar, amar.
-Marco Aurelio

Publicado en agosto de 2015

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