La audiometría proporciona una medición más precisa de la audición y pone a prueba la capacidad del paciente para oír el volumen (intensidad) y la velocidad de las vibraciones de las ondas sonoras (tono) del sonido.
La pérdida de audición puede evaluarse generando un audiograma mediante esta técnica. Se comprueba la capacidad de cada oído, uno por uno, para oír tonos puros de intensidad controlada. Se pide al paciente que levante la mano, pulse un botón o indique de otro modo un sonido.
La audición se produce cuando las ondas sonoras estimulan los nervios del oído interno. La señal se transmite entonces a través de las vías nerviosas al cerebro y se percibe el sonido. Las ondas sonoras pueden llegar al oído interno a través del canal auditivo, el tímpano y los huesos del oído medio (conducción aérea). También pueden pasar a través de los huesos que rodean y están detrás del oído (conducción ósea). Durante un examen de audiometría, se golpea un diapasón y se mantiene en el aire a cada lado de la cabeza para comprobar la audición por conducción aérea. A continuación, se golpea y se coloca contra el hueso mastoideo detrás de cada oído para comprobar la conducción ósea. Los auriculares conectados a un audiómetro registran los resultados de las pruebas.
Nuestros audiólogos pueden proporcionar una evaluación audiométrica y recomendar opciones de tratamiento según sea necesario.