9 formas de mejorar la escritura

Escribir bien es difícil. Muy difícil. No hay atajos ni «hacks». La única forma de mejorar es la práctica.

Brad Stulberg

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Jun 24, 2017 – 3 min read

Escribir bien es difícil. Muy difícil. No hay atajos ni «trucos». La única manera de mejorar es a través de la práctica. Aun así, hay un puñado de principios que pueden ayudar a acelerar el proceso.

Escriba todos los días.

Aunque sólo sea un párrafo. Incluso si se trata de una sola frase. Quizá más que cualquier otro esfuerzo, he descubierto que la constancia es absolutamente esencial para desarrollarse como escritor. Reserve un tiempo cada día -aunque sólo sean 15 minutos- para escribir.

Lea todos los días.

Mientras lo hace, anote lo que le gusta de ciertos pasajes (reprodúzcalo) y anote lo que no le gusta de ciertos pasajes (evítelo).

Ejercite todos los días.

Mi mejor trabajo -desde ideas para artículos hasta párrafos y frases- siempre parece surgir en mi mente en medio de la actividad física. Considere el ejercicio como parte de su trabajo.

Duerma con un cuaderno.

Durante los grandes proyectos de escritura, a menudo me despierto en mitad de la noche con ideas que merecen ser exploradas -a veces incluso párrafos enteros- en mi cabeza. Las apunto rápidamente en un cuaderno que tengo en la mesilla de noche para poder volver a dormirme sin tener que preocuparme de retener la idea.

Desarrolla una rutina.

Escribo a la misma hora, en los mismos lugares (unas cuantas cafeterías del barrio) con la misma bebida (americano con leche al vapor) y merendando lo mismo (frutos secos y cereales). Hago todo lo que puedo para compensar la incertidumbre -el terror- de la página en blanco.

No escribas y edites al mismo tiempo.

Cuando escribas, sólo escribe. Sacar cosas de tu cabeza y ponerlas en la página ya es bastante difícil. No lo hagas imposible tratando de hacerlo elegantemente la primera vez. Mi rutina es sencilla: Escribo por la tarde, edito el trabajo de la tarde anterior a la mañana siguiente y vuelvo a escribir más tarde, a lo largo del día.

Detente mientras vas por delante.

Si llevas más de 90 minutos escribiendo y la cosa empieza a ponerse difícil, ¡detente! Intentar «forzarlo» es casi siempre improductivo. Además, si terminas con una nota positiva es más fácil retomarla.

Trabaja y vuelve a trabajar y vuelve a trabajar un poco más.

Es casi imposible que algo salga bien la primera vez, o la segunda, o incluso la tercera. Acepta que tú -como casi todos los escritores- tienes que trabajar como un artesano. Esculpir una frase no es algo para frustrarse. Es algo que hay que aceptar. Además, lee tu trabajo en voz alta. Hacerlo es la mejor manera de salir de tu propia cabeza, algo fundamental para asegurarte de que tu trabajo tiene sentido para los demás.

Escribe primero para ti mismo.

Si lo que escribes te parece interesante, lo más probable es que hagas un mejor trabajo escribiendo sobre ello y que tu público también lo encuentre interesante.

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