Comprar ensaladas verdes en bolsa y prelavadas es un hábito de conveniencia que parece que no podemos romper – incluso cuando sale mal. Y a menudo sale mal. Aunque todo parezca estar bien por fuera, la mayoría de las veces, al abrir las bolsas, nos encontramos con hojas viscosas y medio podridas. Es entonces cuando juramos descartar esta comodidad de la cocina para siempre. Pero pronto otra bolsa parece encontrar su camino en nuestro carro de la compra, porque tal vez, sólo tal vez, esta será diferente.
Rara vez lo es. Pero si sigues estas precauciones, aumentarás las posibilidades de que lo sea.
Aquí le mostramos cómo comprar, almacenar y comer mejor las lechugas envasadas:
- Apueste por el envoltorio
Las lechugas envasadas a menudo recorren un camino para llegar a la estantería del supermercado y sufren bastantes sacudidas para llegar a usted. Las bolsas de plástico no protegen las lechugas tan bien como deberían, lo que significa que a menudo las encontrarás golpeadas y magulladas en la bolsa nada más salir de la estantería. Las bolsas de plástico evitan los daños que pueden causar los golpes durante el viaje.
- Elija lechugas de buena calidad
Ciertas variedades de lechuga son más delicadas que otras, lo que significa que es probable que se golpeen y se marchiten más rápido que otras variedades. A menudo encontramos que las hojas tiernas que se encuentran en una mezcla de mesclun ya están en camino de marchitarse cuando abrimos la bolsa. Las verduras fuertes, como las espinacas baby y la col rizada baby, tienden a mantenerse frescas y crujientes durante mucho más tiempo. También son variedades que no se limitan a ser consumidas en ensaladas. Ambas pueden comerse crudas y cocinadas: puede disfrutarlas en una ensalada cuando están más frescas y saltear el resto cuando empiece a volverse.
- Eche un ojo a la fecha de caducidad
Al igual que la mayoría de los productos envasados, la ensalada embolsada o en caja viene con una fecha de caducidad, que debe utilizarse como guía. Esto puede requerir un poco de excavación a través de la estantería – los paquetes con fechas de caducidad más tarde son por lo general todo el camino en la parte posterior – pero el producto es probable que sea más fresco si se estampa con una fecha de caducidad más larga.
- Almacenar la mezcla en un recipiente diferente
La mejor manera absoluta de mantener la ensalada envasada fresca es transferir a un recipiente de almacenamiento diferente. Internet está lleno de diferentes métodos, desde enrollar las hojas en toallas de papel hasta guardarlas en una bolsa de plástico hinchada de aire. Nuestro recipiente favorito es un contenedor de plástico hermético. Al igual que las conchas de plástico, evita que la lechuga se golpee y se estropee. Pero a diferencia de las conchas, permite que la lechuga tenga más espacio para respirar (estar metida en conchas puede inducir a la putrefacción prematura). Una capa de papel de cocina en el fondo del recipiente ayuda a absorber la humedad extra.