El planeta con la órbita menos circular es Mercurio, que tiene una excentricidad orbital de 0,2056. Su órbita lo sitúa a menos de 46.001.200 km (0,307 UA) del Sol en su punto más cercano (perihelio) y a 69.816.900 km (0,466 UA) del Sol en su punto más lejano (afelio).
La excentricidad orbital es una relación adimensional que describe la forma de la órbita de un cuerpo celeste. En este sistema -que tiene en cuenta la masa del objeto, el momento angular, la energía orbital y el efecto de la gravedad- una órbita perfectamente circular se describiría con una excentricidad de 0, mientras que una trayectoria parabólica (la trayectoria de un objeto que se desvía, pero no es capturada por la gravedad de un cuerpo mayor) se describiría con un número superior a 1.
La Tierra (que tiene una órbita casi circular) tiene una excentricidad de 0,0167, mientras que las órbitas elípticas de los planetas enanos Plutón y Eris significan que tienen excentricidades de 0,248 y 0,440 respectivamente. El cometa Halley, que tarda 76 años en dar una vuelta alrededor del Sol, tiene una excentricidad de 0,967. El único objeto catalogado hasta ahora con una excentricidad superior a 1 es el cometa interestelar ‘Oumuamua, al que se le detectó una excentricidad de 1,201 tras su paso por el sistema solar en 2017.